40 Años después las AA.VV seguimos caminando

Muchos de nosotros ya peinamos canas desde hace años; canas que no sé si son simplemente consecuencia de la edad, de los avatares diarios, del trabajo cotidiano, de las preocupaciones por la familia y los amigos, por nuestro barrio y sus vecinos…, o de la suma de todo, que en resumidas cuentas son los eslabones que forman la cadena de nuestras vidas.

Cuarenta años de movimiento vecinal, de codo con codo y grito unánime en defensa de la calidad de vida ciudadana; cuarenta en la exigencia del reparto de la riqueza generada en nuestras manos, que hoy, cuatro décadas después, con más de cuatro millones y medio de desempleados y cerca de uno y medio de familias españolas con todos sus miembros en el desfiladero del paro obrero, sigue encauzada hacia las mismas lacras que tantos días de nuestras vidas se ha cobrado intentando erradicarlas: la banca que siempre gana, la usura legalizada, el despilfarro de las distintas castas políticas y la bonanza de sus subordinados cargos de confianza, el encubierto enriquecimiento particular, el amiguismo impertérrito, el partidismo inconsciente y el privatizado egocentrismo autonómico, que no entiende de más principios que el propio, insaciable y ampliable hasta conseguir lo ajeno sin invertir poco más que un simple apoyo electoral; capaz, por ley, de subyugar a las mayorías indefensas y convertir a nuestra aún frágil democracia en un tejemaneje ausente de toda lógica y matemática en perjuicio de los principios constitucionales de la solidaridad y de la igualdad; principios básicos de nuestra lucha en los barrios obreros de cualquier rincón de esta desconocida España.

La democracia es algo especial. La Democracia, en mayúsculas, es el resultado del entendimiento entre partes, el producto del sacrificio conjunto en beneficio de todos los que vivimos en su vientre, protegidos por la universalidad de unos derechos fundamentales sociales, que hoy día, desgraciadamente, se incumplen consciente e interesadamente por pura publicidad política y por idéntica hipocresía.

Cuarenta años destapando multitud de problemas sociales dibujados en los distintos barrios, en ocasiones generados por la ausencia de leyes y normas justas y equitativas y, en otras muchas, por la falta de la imprescindible participación activa de buena parte de la ciudadanía. Cuarenta largos años y muchas represalias en las carnes de los componentes del movimiento asociativo por hacer valer la evidencia cotidiana sin partidismos, sin más razón esgrimida y sin complejos que la exigencia de la verdad y el cumplimiento de los derechos ciudadanos como suma a los deberes cumplidos.

Las AA.VV., cuatro décadas después, contra viento y marea y con nuestros humanos defectos, continuamos bregando desde el altruismo con conciencia de clase obrera, y aunque pueda parecer increíble, presionadas en muchos casos por los gobiernos de turno y sus prioritarios intereses políticos.

Hemos generado ideas, que son el alma de la lucha obrera y las genuinas armas democráticas. Hemos hablado a nuestros conciudadanos desde miles de páginas de opinión con las que se podrían editar innumerables libros y, al mismo tiempo, hemos afamado inconscientemente a mucho incapaz, a mucho vividor de ideas ajenas y consagrado a más de un politicastro inútil, aunque, y todos lo sabemos, ese riesgo también forma parte de este juego de sinceridad: Unos razonamos antes de pasar a la acción para no convertirnos en fanáticos o sectarios, para no ser tomados como hijos de la ignorancia, y para, como dijo Drummond: “para no convertirnos en esclavos”. Y otros, para qué engañarnos, callando y engordando entre cortinas a costa de nuestro trabajo.

Muchos de nosotros peinamos canas desde hace años, queridos y admirados miembros de las distinta juntas directivas de las AA.VV de esta nuestra diversa y multicultural nación española, con y permitidme, una particular mención a las históricas leganenses de San Nicasio y Zarzaquemada, cuyos miembros parecen formar una compleja cadena de pequeñas montañas nevadas a las que se observa desde una muy cercana lejanía cuando el hongo contaminatorio de la capital es decapitado por el aire del norte o las lluvias del sur: inamovibles en sus convicciones cuando arrecian los malos momentos y siempre en guardia durante los cortos tiempos de vacas superlativas. Siempre erguidos y presentes.

Con toda mi admiración, reconocimiento y respeto al recientemente fallecido DON JOSÉ ORDOÑEZ CASTILLO, micro urbanista de la AV. San Nicasio y genuino hombre del pueblo. Descanse tu alma en paz, ciudadano Ordoñez, y permanezca tu memoria por siempre entre los leganenses.






De jóvenes y del día de mañana

Aún resuena en mis oídos la voz inconfundible del Mediterráneo golpeando en las pedregosas playas motrileñas; a veces ensordecedora e inquietante, a veces amansada por un sereno levante que parece dormir en sus orillas una interminable siesta; como la juventud adoctrinada en el conformismo, que no acaba de despertar del letargo en la que está sumida, aunque de vez en cuando, como una ola inesperada, rompa violentamente el silencio para hacerse sentir; para recordarnos que suya es la fuerza y el futuro: el nuestro.

Que la corriente de poniente se muestre brava, impetuosa y rompa tanta mansedumbre, tanta rutina adolescente de fracasados escolares sin más destino que la explotación laboral provocada por la ausencia de la más mínima cualificación, por la suma de ineptitudes y desacuerdos entre los adversarios políticos de turno, que incapaces de ver más allá del presente, han conseguido la desorientación social de nuestros jóvenes y adolescentes, un pésimo nivel educativo respecto al resto de los países miembros de la desunida Europa y un futuro inmediato nada halagüeño con forma de acantilado hacia el vacío.

Que educar no es nada fácil deberíamos tenerlo asumido desde hace ya muchos años, empezando por la propia familia y terminando por la obligación política de llegar a un acuerdo que saque al país lo más rápidamente posible de la decadencia educativa en la que nadamos, del peligroso índice de fracaso escolar que mantenemos, del absentismo escolar, de la masificación de las aulas (treinta y tantos son demasiados) y por descontado, reflotar códigos de conducta que devuelvan la autoridad a profesores y educadores encargados de transmitir los conocimientos y valores necesarios para una convivencia sin altercados y de mútuo respeto.

Los distintos planes educativos que se han venido produciendo en los distintos gobiernos no han conseguido subirnos al tren del futuro, a ese imparable tren que no espera a nadie y que posiblemente termine atropellándonos si no hacemos todo lo posible para que nuestra juventud se forme adecuadamente y recupere su valoración dentro y fuera de la Unión Europea. Sólo Portugal nos supera en forma y fondo y el AVE seguramente no llegue a Lisboa. El protagonismo juvenil tiene que retornar a las calles, plazas y cualquier otro lugar donde poder fabricar entendimiento, democracia y humanismo, exigiendo participación en todo lo que afecta a su futuro, y no precisamente, como en estos últimos días de septiembre, por altercados puntuales como el acaecido en Pozuelo de Alarcón, por botellón, drogas o fiestas de nunca acabar, por puños o brazos en alto en da igual dónde, por enfrentamientos ideológicos con resultado de sangre, por conatos xenófobos…

Los ancianos, como dijo Shakespeare, desconfían de la juventud porque antes han sido jóvenes, pero todo momento de aprendizaje que se le resta a los hijos del futuro, conlleva el inicio de un fracaso social del día de mañana: el de todos. Como el mar.

>> Ver el artículo publicado en revista viveveganes.es <<

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Año de nieves

¿AÑO DE BIENES?

La gran nevada del día nueve de enero, globalizada, nos hizo recordar a muchos viejos amigos nicasianos aquellos días de invierno leganense, de estufa de butano, televisor blanco y negro y de absentismo escolar por inclemencias del tiempo. Una portentosa nevada, que junto a la menos copiosa del primer día de febrero, consiguieron insufribles atascos en la capital, el cierre del aeropuerto de Barajas, cientos de conductores atrapados en sus vehículos y el cabreo generalizado ciudadano por la falta de previsión de los responsables de las distintas administraciones. La incompetencia supina de unos y otros consiguió hacer llegar tarde al puesto de trabajo, o no llegar, a miles de trabajadores usuarios del progresistamente encarecido transporte público.

Los dos primeros meses de este deprimido 2009 van a ser recordados durante mucho tiempo por haber conseguido vestir de blanco y por igual a prácticamente todas las Comunidades Autónomas del Estado español y, sobre todo, por haber sido capaces de hacernos olvidar por unas horas la crisis económica que, como soga de verdugo, viene ahorcando cada día implacablemente a miles de trabajadores en esta España funcionarial, mostrándose amenazante para el resto de la clase productiva que aún conserva un puesto de trabajo y dejando fuera de esta cotidiana incertidumbre al innumerable listado de cargos y ex altos cargos públicos asalariadamente cebados por el pueblo soberano. De la banca y los banqueros, privilegiados por el sistema progresista “ZP”, más de lo mismo: “Lo mucho se vuelve poco cuando se desea otro poco más”.

“Este no es el momento de grandes beneficios, ni de salarios excesivos, ni de rentabilidades a corto plazo; éste es el momento de comprometerse con el país”, dijo ZP en el programa “Tengo una pregunta para usted”, y al puro estilo Kennedy-Obama, se dirigió a la concurrencia para pedir la colaboración de la ciudadanía tras afirmar: “puedo equivocarme, lógicamente, pero no engañar”, aunque la realidad es bien distinta: Hacienda aplica el 7% de interés a los ciudadanos que piden una prórroga en el pago de sus impuestos. Las pequeñas y medianas empresas continúan cerrando por la asfixia de impagos y la falta de créditos mientras los grandes bancos y cajas han ganado en esta su querida España subsidiaria más de 10.000 millones de euroestafadores y, aún así, han elevado las comisiones por servicio cerca de un 20% y recortado sus plantillas descaradamente. Menudo estado de ánimo económico tienen los hijos del desempleo, presidente ¿Dónde están las soluciones ideológicas socialistas del pensador ex ministro de trabajo, Jesús Caldera?

Lo más curioso de cualquier asunto que afecta a nuestros solidarios delegados de la soberanía popular, interesados y partidistas, es que en sus reiteradas intentonas de mostrarse como los buenos de una película de espionaje o como salvadores de la libertad mundial fabricando y comercializando “armas que no matan” a países en conflictos bélicos, insultan a nuestro intelecto vendiendo gratuitamente su verdad con cargo a la TV que pagamos todos los españolitos de tartera y cercanías para uso y disfrute exclusivo del gobierno de turno. La verdad está compuesta por tres verdades: “la que cuenta uno, la que cuenta el otro, y la verdadera, que suele brillar por su ausencia”. Juego de niños. Señorías.

“El arte de trabajar no tiene nada que ver con el de enriquecerse; el que aprende a trabajar ha aprendido a ser enteramente pobre; para ser rico hay que aprender a explotar a los que trabajan; para ser millonario hay que saber engañar a los explotadores. Y hay fortunas que parecen gritar “imbécil” al hombre honrado” (Ganivet-Goncourt)

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La historia y la histeria

Gritos de guerra y venganza en las fronteras, en las trincheras, en cada esquina, en cada refugio descubierto, en cada lugar donde poder pensar cómo devolverle al enemigo parte del sufrimiento propio multiplicado por el infinito, mientras las balas y las piedras, pregoneras de un conflicto desproporcionado e interminable, continúan representando en un infernal escenario el guión macabro, escrito por toda la humanidad silenciosa, para perpetuar en el tiempo y en la memoria el cadáver del entendimiento.

¿Cuánta sangre enfrentada habrá desbordado el mismo río? ¿Cuántas lágrimas de eternos enemigos se habrán unido en un mismo día del calendario? ¿Cuánta ceniza de palestinos e israelitas, de Oriente y Occidente, continuará arrastrando al mismo tiempo el mismo viento?. Sobran las palabras.

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Quisiera haber comenzado este 2009 opinando sobre reyes extemporáneos, sobre carros, carretas y aperos populares, sobre el pantalón de la ministra de los Ejércitos, Carmen Chacón, que tanto daño ha hecho al protocolo castrense y a su moda exclusiva según las/los retrógrados de siempre, o sobre el zombi Mariano Rajoy, carnaza en estos primeros días de enero para las distintas especies PoPulares ibéricas, unidas por un mismo fin: su descuartizamiento político.

Hubiese deseado explayarme sobre lo que me inspira la cara de boñiga del nuevo pacifista, el hijo de La Juana Chaos, en su “exilio cobarde”, o del meditado boicot de los sindicatos policiales a la llamada oficialista “socialista” de homenaje a sus víctimas; las del pueblo; al que sirven y del que son parte.

Me hubiese gustado dar comienzo a un artículo cargado de paz, concordia, solidaridad, igualdad, racionalidad, proporcionalidad…, y de un sin fin de palabras tan demagógicas y desfasadas hoy día en el mundo, incluida España, que por respeto a vosotros, lectores, he sido incapaz de ponerme manos a la obra tras conocer que el electoralista pleno empleo de nuestro particular adivino presidente ZP se ha convertido, al día de la fecha, en tres millones ciento veintinueve mil desempleados. Ya lo dijo Selma Lagerlof: “Hay que tratar con cuidado las historias viejas; se parecen a las rosas marchitas, que al menor contacto se deshojan” ¿Qué mejor bienvenida social progresista al depredador laboral 2009?

Desgraciadamente seguimos caminando sin freno al gafado marzo; a ese pronosticado marzo evolutivo laboral que el presidencial ZP augura esencial para la recuperación del tejido laboral de esta España chapuceramente globalizada a golpe de pactos bilaterales con las insaciables Comunidades Autónomas y mediáticos compromisos con sus respectivos presidentes, cuyo egoísmo mendicante nos aleja cada día un poco más del necesario federalismo ¿Cuándo se marchará a unir Oriente y Occidente nuestro pacifista presidente? España está gafada.

Mentir dulcemente sobre lo que se nos viene encima, y con ello dar la oportunidad a que alguien pudiera acertadamente tachar mis primeras letras del Nuevo Año como el resultado de un resacón de Reyes, no habría aportado nada productivo a nuestra clase obrera; como nada aporta al colectivo soberano popular la estafa de la subida del cercanías nuestro de cada día, del metro, del autobús, del recibo de la luz, del teléfono…, y de un sin fin de productos de primera necesidad que cada enero de todos los años mucho politicastro alejado de la precariedad económica del pueblo se traga como tinto de verano para mal de males ciudadanos, y que mucho desarraigado comerciante, ansioso de euros rápidos, aplica por costumbrismo y en porcentaje denunciable y vergonzante a todo lo vendible.

Del café matutino, del refresco de siempre, de la popular caña, del chato de vino y de la cara dura hablaremos largo y tendido en los lugares donde tenemos por costumbre librar las pequeñas guerras cotidianas y arreglar los problemas endémicos del país subidos de tono. Todos menos el de la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que eso si que no tiene arreglo.

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Tengo una pregunta para usted, presidente

¿De qué o de quién se ríe?

Un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año no muy lejano, nos encontrábamos varios compañeros de trabajo comentando un artículo publicado en un diario nacional cualquiera, en el que se afirmaba que la risa y hacer el amor rejuvenece a todo ser humano que practique el binomio con asiduidad.

Ese día cualquiera, de ese mes cualquiera, de ese año cercano, Andrés G., y Abelardo B., del mismo oficio y edad, fueron objeto de un corto estudio comparativo por nuestra imprevisible amiga y secretaria Charo G., la cual concluyó rigurosamente que Abelardo B., parecía bastante más joven que Andrés G., por mucho que el segundo se negase a aceptar lo evidente.

La cosa no hubiese pasado a más, si desde el cercano metro y medio que mediaba entre los tertulianos y una sala de ordenadores cercana, una voz anónima, surgida de su interior, no hubiese sentenciado con voz tajante: “Lógicamente, Abelardo tiene un enorme rebaño de ovejas leonesas y Andrés, en Cercedilla, mucho grajo ¿? Cosas del amor por los animales, pero…

La risa, en forma de carcajada globalizada y sin ánimo de ofender, no se hizo esperar, como tampoco el sonrojo de Abelardo B., al imaginar lo que a todos se nos pasó por la cabeza. Risa común de humanos trabajadores, que de forma improvisada y en resumidas cuentas, nos hizo, supongo, rejuvenecer a todos los implicados en el asunto.

Pero, amigos de las letras, de lo natural a lo escénico hay todo un mundo. Sí, me refiero a esa sonrisa burlona y forzada de la que hablaba Heráclito de Éfeso: “No rías de cualquier cosa hasta el punto de hacer reír a todo el mundo”.

Sí, me refiero a esa sonrisa desnaturalizada que perennemente muestran personajes como el presidente del gobierno español ante cualquier invitación a plantear soluciones realistas y viables que puedan hacer frente a los múltiples problemas que afectan a nuestra sociedad por razón de autonomías decrépitas. Problemas tan reales y tangibles como que los recursos generados por todos continúan sin llegar a esos escalones sociales que realmente lo necesitan para subsistir, para emprender o para seguir generando riqueza de la nada, mientras se sigue engordando a todo lo subsidiariamente agradecido, como a los cerdos para la matanza ¿Dónde se encuentra el alma obrera? ¿Dónde el orgullo?

Sí, me refiero a esa sonrisa forzada y lejana, indolentemente adolescente y paralela a la creciente desmoralización de la clase trabajadora, que sufre diariamente el resultado de la política económica nefasta aplicada hasta la fecha por el gobierno ZPSOE, acogotado internacionalmente y alejado de la cotidiana realidad de su propio país, el nuestro, mal nos pese.

Sí, me refiero a esa sonrisa que parece expresar todo lo contrario a la verdad que dibuja el día a día sobre el futuro de nuestros hijos y nietos, de los mercados anímicos, de la indefensión, del pequeño y mediano empresario, del inmigrante producto Caldera, de la delincuencia callejera, de la creciente prostitución por necesidad, de la explotación laboral consentida y alimentada por la indefensión sindical…

Sí, me refiero a esa asincrónica sonrisa que parece intentar convencernos de que la realidad española es el maquiavélico invento de la enemiga oposición para desestabilizar un sistema de gobierno incapaz de subsistir mucho más tiempo que el que dura un embarazo.

Estoy seguro, visto lo visto en esta última etapa ZP, de que José Saramago, tras su último libro “El Viaje del Elefante Salomón y Subhro, El Cornaca”, escribirá un elegante e irónico “Tratado sobre la debilidad de la sonrisa de los débiles”.

Sonriente presidente: no podemos evitar que aparezcan problemas, pero tampoco estamos obligados a pedirles que se perpetúen tras nuestra sonrisa pasiva y cómplice. Adiós, muy buenas.

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Francisco Nogales López

Kiko “arranca estacas”

Cualquiera de nosotros podría escribir alguna historia sobre las andanzas del entrañable Francisco Nogales López, que no son pocas.

Kiko, Kico o Quico, que así le hemos nombrado desde siempre los amigos que por unas u otras causas hemos compartido con él toda suerte de peripecias, ha sido un carismático personaje en nuestro municipio: hombre de principios, idealista, bregador vecinal, sindicalista a la vieja usanza, concejal de medio ambiente y limpieza por IU, presidente de la Junta de Distrito de La Fortuna, testarudo como él solo…, y sobre todo un hombre que, sin duda alguna, podría ser perfectamente el protagonista de un fantástico cuento para niños o de una leyenda urbana titulada: “Kico Arranca Estacas”.

El primero, dirigido a los más pequeños y adolescentes, comenzaría invitando a leer las aventuras y desventuras de un valeroso guerrero extremeño; sin más coraza protectora que su gran corazón de hombre libre, sin más armas que el trabajo y la perseverancia, y maestro en predicar con el ejemplo; valores que actualmente deberían inculcarse en los centros educativos en lugar de tanta encubierta doctrina sectaria, que merma la capacidad de entendimiento con los que piensan de otra manera y anula los principios sociales del colaboracionismo, de la solidaridad, la igualdad y la capacidad de llegar a un acuerdo ante cualquier discrepancia.

La segunda, abierta a todo ser viviente, contaría la leyenda de un ser de carne, huesos e ilusión, que armado de valor movió Roma con Santiago para defender un medio ambiente entero en este cosmopolita Leganés, ya fuese mediante un encierro compartido, ya a pie de obra y con las botas puestas para sanarle los males producto del incivismo al emblemático arroyo de Butarque, ya para ponerle freno a la predadora carretera M-407, hoy convertida, como fuese augurado en su día, en una autentica guadaña para el parque de Polvoranca, en un verdugo permanente para los barrios de Valdepelayos, Campo Claro y San Nicasio, y en un reto medioambiental, junto al soterramiento de la vía férrea C-5, que el progresismo leganense hasta la fecha ha sido incapaz de conseguir.

¡Kico, que te van a pillar y veras luego!, le comentábamos a puerta cerrada sus amigos y compañeros de IU Leganés cuando en la clandestinidad de la noche se dedicaba a despojar al Ministerio de Fomento de las estacas señalizadoras del trazado de la usurpadora carretera R-5, volviendo loco a Dios y a su Madre y provocando que La Fortuna, durante un tiempo, estuviese más vigilada que La Moncloa.

¡Kico, que las escopetas las carga el demonio y las disparan los de las vaquerías!, le avisábamos cada vez que iba a entregar personalmente, como presidente de la junta municipal del distrito de La Fortuna, algún documento de comprobación sanitaria, la correspondiente sanción u orden de desalojo a los propietarios de las naves que vertían aguas fecales al arroyo de Butarque o a poner a los chamarileros ilegales al orden del día sobre las ordenanzas municipales al respecto.

¡Kico, que si lo conseguimos vas a tener que pagar un pata negra! Le dije, no sé las veces, cuando en la lucha por paralizar la R-5 logramos que el Secretario General del Defensor del Pueblo visitara La Fortuna a efectos de que intercediera por los leganenses ante el Ministerio de Fomento y la CAM, al que prometió compartir, junto a los allí presentes, una negrísima pata porcina si las aguas no llegaban al río ¡Kico, que…! ¡Kico que...!

Querido Kico “Arranca Estacas”. Queridísimo e inolvidable amigo.

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La España de los de siempre -cazadores cazados-

“La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad” (F.Bacon)

En estos días del loco febrero, como una ofensa más a la clase trabajadora productiva y soberana de este nuestro país de “nunca jamás”, vuelven a ser protagonistas en el escenario público democrático español imágenes actualizadas de “La Escopeta Nacional”, de “Los santos inocentes”, del “Cipote de Archidona” y del desprecio que caracterizó a los caciques de la España gris por los dineros propios y ajenos, que en resumidas cuentas nacen del sacrificio de todos y cada uno de los hijos de este nuestro estado autonómicamente descuartizado.

En cada uno de los individuos que componemos esta sociedad, sea cual fuere nuestro lugar de trabajo, ocupación profesional, lugar de nacimiento o residencia, existen dos tendencias de vida: la primera, como publicaba el filósofo Fernando Savater en su libro “Heterodoxia y Contracultura”, es la que nos obliga a actuar como la mayoría de los que nos rodean, a temer lo que generalmente es temido y a despreciar lo que comunitariamente se desprecia; la otra, que adquirimos con el desarrollo del sentido común y la autocrítica, nos empuja a discrepar, a negarnos a validar moral y éticamente las conductas de otros individuos, que también socializados, intentan imponernos por sistema. A esta tipología de comportamiento, tan enraizado en las capas sociales del poder político prestado cuatrienalmente, nosotros, los actuales siervos de la gleba y el terruño (clase obrera), por higiene democrática, tenemos que calificarlo de neo feudalismo sin derecho de pernada y obligarnos moralmente a erradicarlo cuanto antes mediante nuestro voto indignado.

La caza masiva de animales (descastes incluidos) tan visceral y febrilmente censurada desde las filas progresistas socialistas y sistemáticamente denunciada por las asociaciones de protección animal, defensoras del medio ambiente y pro sostenibilidad, continúa en este siglo XXI perpetuada legalmente en nuestro país, aún presentando formas y actuaciones propias del más deplorable señoritismo cortijero. La cabra voladora del campanario, ya prohibida, no entra en este saco. La bota en las cabezas del muflón, del venado o de cualquier otro animal objeto de trofeo, sí.

Del amiguismo, del furtivismo personalizado, de la intervención de armas de la Guardia Civil, de las licencias de caza por razón de autonosuyas, de las escopetas de abatimiento cornúpeto masivo, de las responsabilidades políticas y penales y de la obligación ciudadano soberana de preguntarse si también de inmunidades e impunidades por cuestión de cargos, la prensa nacional ya se encargará de informarnos diaria y oportunamente ¿Quién osará defender lo indefendible? ¡“Torero, torero”!, gritaron entre aplausos puerilmente en el Hemiciclo algunos representantes del pueblo ante la soberbia y la bravuconería bermeja.

La más que cuestionada montería del cazador cazado, Ministro de Justicia, Fernández Bermejo –perdón, “dimitido”-, junto a su compañero de tiro al cérvido hispánico, Baltasar Garzón, hoy, veintitrés de febrero del deprimido 2009, vuelve a mostrar cara al resto de la Unión Europea, a nuestros hijos y nietos y a cualquier ser humano sensato, la imagen grotesca y violenta de esta España que tropieza una y otra vez en la misma piedra, incapaz de sacudirse las cenizas históricas del pasado inmediato para blindar el presente democrático, ni borrar el tópico internacionalizado de que a los españoles únicamente nos puede frenar la vergüenza o la fuerza.

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